Fantasía, imaginación, creatividad, humor y sensibilidad estética son las cualidades que en Blas López Caffarena estuvieron siempre presentes y en abundancia. En cada etapa de su larga vida, Blas fue plasmando su mundo privado y su concepto particular de belleza, tanto en su casa como en su desarrollo profesional. Desde los detalles más simples, como una mesa bien puesta, hasta los miles de artículos de moda que creó en sus más de 60 años de trabajo en la empresa familiar Caffarena. Pero sin duda el principal escenario de su buen gusto, de su ojo refinado y de su pasión por el coleccionismo fueron las diferentes casas que tuvo, ya sea en Santiago, Viña del Mar, Cachagua o Buenos Aires.